“Investigo lo extraordinario dentro de lo cotidiano. Lo que está un poco corrido. La locura que también es elegante. Todo eso puede pasar dentro de una casa”. Me interesa investigar qué pasa si sigo la huella del accidente, la cámara me ayuda a encuadrar y a hacerme de ese momento. Y mostrarles ese segundo a todos”.
Influenciada por el viento que caracteriza el lugar donde nació, vivió y al que regresa cada año, las fotografías de Celina parecen estar siempre atravesadas por este factor que -como ella dice-, se vuelve cotidiano. Objetos flotantes, elementos de medición, y la imposibilidad de un peinado perfecto, con detalles solo perceptibles en una segunda mirada.