Nico de Caro vive y tiene su taller en Floresta. Desde los inicios de su producción textil se repiten formas familiares, universales, recortes de un mundo singular pero reconocible, llenando el espacio blanco con trazos y espacios plenos. Pura presencia figurativa que es rotunda en su simpleza y comunica sin ambigüedades. Una invitación a sentir el movimiento fluido de la mano que dibuja la línea, del ojo que descubre y de la luz que acaricia.
Su intención como artista es producir una forma perfecta (una artesanía) y liberarla, para cualquier uso (de contemplación o cotidiano) que se le quiera dar. Obras-objeto, dóciles, versátiles y moldeables. Fragmentos de un mundo interior pensados para integrar otros, impresiones del tiempo de la observación, del trabajo manual, del encuentro consigo mismo.